jueves, 24 de mayo de 2012

De las mentiras que te hacen feliz...

Hace unos días, en uno de mis tantos viajes en bus, la falta de carga en el reproductor de música, me forzó a escuchar durante el viaje un disco eterno del- al parecer- cantante favorito del chofer del bus y de un gran porcentaje de nuestra población nacional: nada menos que el "poeta de las cosas simples", también conocido como Ricardo Arjona. Junto con señalar que me resulta absolutamente desagradable escucharlo, desde hace ya más de 10 años (sí, recuerdo que con mi amiga del alma y compañera de depa en años universitarios, nos cargaba ya por aquellos tiempos), quiero contar que en esta oportunidad, atendido el aburrimiento del viaje y el deseo de entretenerme en algo para que no empezaran a brotar esas cositas que uno tiene bien escondidas en el mate y que empiezan a salir durante  períodos de "quietud" prolongada, como un viaje en bus entre Stgo y Ovalle, opté por "poner oreja" a las letras de este poeta, en un intento por entender las razones por las que provoca tal fascinación en hombres y mujeres de mi Patria. Y bueno, una de las tantas frases que llamó mi atención, a la que incluso hice referencia en un tuit, es la siguiente: "una mentira que te haga feliz vale más que una verdad que te amargue la vida...". Hasta ahí llegó mi plan evasivo, porque al escuchar la canción, brotó como habichuela mágica un asunto que me tenía sorprendida, desconcertada y reflexiva desde hacía un tiempo: la humana inclinación a mentir. Y lo quiero comentar porque hasta ahora, no logro encontrar una explicación, simplemente "no cabe" en mi estructura mental, valórica, como quieran llamarle, andar por la vida mintiendo, inventando situaciones que no existen, simular sentimientos que no existen, negar algo que es evidente cuando incluso se pregunta. Simplemente no puedo entenderlo. Pero bueno, la frase de Arjona tiene mucho sentido para los que mienten, e intentaré elaborar una explicación a lo que hasta hoy me resulta inexplicable: "una mentira que te haga feliz...", claro, feliz al mentiroso, porque le evita pasar un mal rato teniendo que dar explicaciones por faltar a la verdad, porque lo libera de ser cuestionado por su entorno o destinatarios de su mentira, porque mintiendo no corre el riesgo de perder algo, como por ejemplo, el afecto, confianza, cercanía del engañado. En definitiva, ligera, superficial, pero felicidad al fin, o al menos una ilusión de ella, que libera de la "amargura de la verdad" y mantiene "perfecto" el mundo del mentiroso. ¿Y el engañado?, pues bien, éste no es sujeto de preocupación para el mentiroso, aunque él crea que sí. Me explico: el mentiroso suele justificar su engaño en el deseo de "no dañar", existe un convencimiento de estar actuando incluso bondadosamente, "Si mentí es para no hacerte daño"; se lee incluso bonito, ¿no?; pero ésta es otra mentira. No existe preocupación por lo que el engañado pueda llegar a sentir, no es tema para el mentiroso, a éste solamente le importa su bienestar, su comodidad, no quiere dejar de ser considerado por el otro como una persona leal, digna de confianza, sincera, buena. Quisiera profundizar más en el tema, pero me extendería demasiado y la idea es que esto resulte de fácil lectura. Mi conclusión, al fin y al cabo, es que si usted lee completita la letra de esta canción- que a todo esto se llama "una mentira que te haga feliz"- comprenderá que mentira, egocentrismo e indolencia  caminan de la mano. Vaya sorpresa que se lleva uno cuando descubre que estaban todos concentrados en una misma persona. Ojalá que no se encuentre con muchos así por la vida, pero la experiencia me dice que le puede pasar más de una vez. Mi desahogo, por ahora, dedicado a todos los Arjona de este mundo.-

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